La llegada de un hij@ en la casa, en la familia implica muchos cambios. ¿Qué cambia? TODO, frente al nuevo integrante se tiene que reorganizar la dinámica familiar, surgen nuevos roles y frente a éstos nuevas tareas, que pueden despertar miedos, ansiedades y nuevos conflictos, que puede desestabilizar a la pareja.
Pero ¿por qué ocurre? Uno de los factores principales se debe al hecho de que el bebé pasa a ser el centro de todo, y los miembros de la pareja dejan de ser tan importantes el uno para el otro porque el niño se convierte en lo más importante. En consecuencia, la vinculación entre ambos miembros de la pareja se desdibuja porque el bebé pasa a ser la prioridad.
¿Qué sucede? Al estar atento a las necesidades del bebe, se puede presentar dificultades para coordinar el tiempo para las tareas hogareñas, el trabajo, tiempo para uno y para el romanticismo. También, el padre se puede sentir excluido en esta diada madre-hij@, diada que en un principio es necesaria como así también es importante que el padre pueda poner un corte en ella para que cada uno pueda dar lugar a su propia subjetividad.
¿Qué hacer? Tener paciencia y comprensión, los tiempos para cada tarea se va acomodando, van conociendo cada vez más al niñ@. Y en menos de lo que se espera todo vuelve a convertirse en una rutina. Es imprescindible la comunicación y decirle al otro, lo que le preocupa, los miedos, que está necesitando en esta nueva etapa y buscar un espacio para encontrarse como pareja. Si aún así surgen dificultades, en necesario acudir a un profesional de la salud que este especializado en tratamientos vinculares, que los ayude a expresarse, poder empatizar y porque no descubrir a tu pareja que ya no es la misma y por ende el vínculo tampoco.
Pero ¿por qué ocurre? Uno de los factores principales se debe al hecho de que el bebé pasa a ser el centro de todo, y los miembros de la pareja dejan de ser tan importantes el uno para el otro porque el niño se convierte en lo más importante. En consecuencia, la vinculación entre ambos miembros de la pareja se desdibuja porque el bebé pasa a ser la prioridad.
¿Qué sucede? Al estar atento a las necesidades del bebe, se puede presentar dificultades para coordinar el tiempo para las tareas hogareñas, el trabajo, tiempo para uno y para el romanticismo. También, el padre se puede sentir excluido en esta diada madre-hij@, diada que en un principio es necesaria como así también es importante que el padre pueda poner un corte en ella para que cada uno pueda dar lugar a su propia subjetividad.
¿Qué hacer? Tener paciencia y comprensión, los tiempos para cada tarea se va acomodando, van conociendo cada vez más al niñ@. Y en menos de lo que se espera todo vuelve a convertirse en una rutina. Es imprescindible la comunicación y decirle al otro, lo que le preocupa, los miedos, que está necesitando en esta nueva etapa y buscar un espacio para encontrarse como pareja. Si aún así surgen dificultades, en necesario acudir a un profesional de la salud que este especializado en tratamientos vinculares, que los ayude a expresarse, poder empatizar y porque no descubrir a tu pareja que ya no es la misma y por ende el vínculo tampoco.